El partido del hincha

Los uruguayos suelen esforzarse para dar la nota en asuntos de fútbol. Pero los hinchas del Club Nacional de Football sobrepasaron toda expectativa cuando, a través de una campaña inédita en redes sociales, generaron un movimiento que terminó en el regreso al fútbol local del máximo goleador de la selección

El partido del hincha

El hashtag #SuarezANacional apareció por primera vez en Twitter el 27 de abril de 2013. Recibió un solo me gusta. El usuario que lo publicó, @EmiEchague, tiene menos de 200 seguidores y una cuenta poco activa desde ese año. Emi no imaginó que su tuit sería revisitado por hinchas tricolores que lo recuperarían del olvido y lo señalarían a él como un visionario. Con las cartas a la vista, podría decirse que esa tarde de fines de abril de 2013, en la expresión de deseo de un niño, se plantó la semilla de una historia inesperada: un mensaje un tanto dolido de Luis Suárez, la estrategia de Nacional encabezada por el presidente José Fuentes, un movimiento de más de 1,5 millones de menciones en Twitter que dejaron el tema durante tres semanas como tendencia número uno en Uruguay y más de 8.200 notas en la prensa. En palabras de Fuentes, “una historia de amor entre un jugador y los hinchas de su club”.

Felipe Carballo, en ese momento volante de Nacional y ahora futbolista de Gremio, se estaba por ir a bañar luego de un entrenamiento como cualquier otro. El entusiasmo en redes sociales por el regreso de Luis Suárez ya se había disparado, pero a los jugadores del club les habían dicho que se mantuvieran al margen, o más bien alejados del tema, por respeto a los tiempos de decisión del colega. Carballo estaba en una piscina con hielo para recuperar los músculos y, con intención de hacer que esos 10 minutos pasaran lo más rápido posible, agarró su celular. En ese momento aún no sabía que ese 26 de julio cambiaría todo. Uno o dos scrolls a la pantalla después vio que Suárez, uno de sus ídolos de pequeño, había subido un video a las redes. Así se enteró del preacuerdo entre el delantero y Nacional. En el vestuario crecieron los comentarios y se sentía la emoción de confirmar que estaba por llegar un jugador de tal magnitud. “Fue así, de la nada”, recuerda Carballo, y confiesa: “Nadie nos avisó, nadie tenía idea”.

La actividad de recuperación se revolucionó aunque, para el capitán del equipo, el arquero Sergio Rochet, la sorpresa no fue tal. Era de los pocos que supo con antelación que Suárez volvería a Nacional, la institución en la que se formó. El goleador le contó unos días antes de realizar el anuncio y el Chino pasó candado y llave a la noticia. Cuando terminó de entrenar, Rochet vio cómo el plantel comenzaba a hablar del tema.

“Viene Lucho, viene Lucho”, se comentaba, mientras se dejaba ver esa “felicidad y ansia de que llegara pronto”. Dentro del vestuario había distintos grupos y otros decían: “Al final viene, se la jugó”.

Ese mismo día también se enteraron los funcionarios de Nacional. Martín Sarthou, director de Comunicación, estaba en la oficina con el resto de su equipo cuando escuchó la noticia. Puso play y los primeros 20 segundos del video lo paralizaron. En el segundo 21, Suárez habla de volver al club y, en ese momento, Sarthou, con lágrimas de emoción, volvió a respirar. Mientras tanto, la calle 8 de Octubre se convertía en un concierto de bocinazos y gritos de “¡no viene, vuelve!”.

Pero para entender el episodio del video es necesario ir unos días más atrás, al 7 de julio, cuando periodistas del El País y El Observador recibieron un mensaje de Suárez confirmando que no iba a ir a River Plate de Argentina como se rumoreaba, pero que el cariño del hincha lo hizo pensar en por qué no volver a Sudamérica y que se habría planteado volver a Nacional si se lo hubiesen propuesto. Uno de los mensajes que el salteño envió por Whatsapp decía: “Estoy sorprendido porque los dirigentes de Nacional ni siquiera me llamaron para saber mi situación”. Una vez en los portales de noticias, la frase empezó a recorrer el mundo.

Aquel día, y con el mundo Nacional pendiente de su respuesta, José Fuentes se encontró ante una disyuntiva. Por declaraciones anteriores, había asumido que Suárez quería seguir jugando en Europa, pero esa salida pública del jugador dejó al presidente tricolor frente a dos opciones: mantenerse firme en su postura de que Suárez jamás sugirió que le interesaba volver a Uruguay, o, por el contrario, prestar atención a lo que el jugador declaraba y capitalizarlo. En sintonía con la ilusión del dirigente, los medios partidarios manejaban dos alternativas: enojarse, abrir una brecha entre el futbolista y la hinchada, o trabajar para intentar acercarlos. “Las respuestas no eran favorables al inicio”, recuerda Javier Moreira, de Pasión Tricolor, y resalta: “La mayoría de los hinchas estaban bastante enojados, pero nosotros seguimos trabajando en ese mensaje de que si nos enojábamos iba a estar más lejos la posibilidad de que Suárez volviera, ahora o en algún momento”.

Pese a que, según algunos medios, las declaraciones del 9 uruguayo parecían alejarlo de Nacional, para Fuentes era todo lo contrario. Lo interpretó como una manifestación de interés, y, por lo tanto, debía actuar con precaución y rapidez. Pero había un problema: Fuentes no conocía a Luis Suárez. La gestión tenía que ser meticulosa y para lograr un resultado favorable el presidente de Nacional debía ganarse la confianza del Pistolero. La primera interacción se dio por WhatsApp.

—Hola, Luis, mi nombre es José Fuentes, presidente de Nacional. Si tú lo consideras, me gustaría hablar contigo. De todas formas, te adelanto que para mí, así como para la hinchada de Nacional, es un placer inmenso verte vestir nuestra camiseta. Tú sabes que esta es tu casa, podés venir cuando quieras. Te mando un abrazo y quedo a la espera de tu respuesta.
—Buenos días, José, encantado. Yo sabía que era mi casa.
—Luis, buen día. Te estoy llamando, avisame cuando te quede cómodo.
—Te llamo en un rato que estoy almorzando.

Ese primer contacto fue luego acompañado por lo que Sarthou llama “golpes” que se dieron poco a poco para llamar la atención del futbolista. “Los jugadores son muy emocionales”, señala Sarthou, y es por eso que cuando José Fuentes partió rumbo a Madrid el equipo de Nacional preparó una serie de videos que tenían como fin conmover a Suárez. Una recopilación del cariño de los hinchas en redes, su primer gol con la camiseta de Nacional, un video con la familia del fallecido kinesiólogo Walter Ferreira -que tiene un gran significado para él porque lo acompañó en su recuperación para el Mundial 2014-, el captador de jugadores infantiles que lo llevó del Urreta F.C. a Nacional, la señora de 107 años que lo quería ver antes de morir. Esto es a lo que en Nacional llamaron “herramientas para el convencimiento”.

Con todos estos recursos en la valija y más dudas que certezas, Fuentes emprendió de improviso un viaje a Madrid en busca de respuestas. Partió con el grito de “José, traelo” en el Aeropuerto de Carrasco y con ayuda de los funcionarios para avanzar más rápido en las filas. Al llegar a España, el presidente tricolor no tenía hotel donde dormir y tampoco sabía dónde vivía Suárez. La aventura comenzaba.

El mayor aliado del club

En esta historia hay un factor que resultó clave para llegar hasta este punto: el rol del hincha. Los fanáticos movilizaron las redes de una manera sin precedentes en Uruguay para hacerle llegar el cariño a su ídolo. El movimiento fue tal que culminó en la llegada al país de una estrella del fútbol europeo. Fuentes dice que “fue por amor” y Sarthou profundiza la idea: “Amor entre Luis y la hinchada, con Nacional de por medio, pero entre ellos”. Por más estrategia de convencimiento, sin ese vínculo su regreso no hubiese sido posible. Nacional no tenía millones de dólares para ofrecer, pero sí inagotables demostraciones de afecto. Las declaraciones a propósito de que no lo habían llamado no pasaron indiferentes y miles de hinchas se gastaron los dedos de tuitear.

Consciente de sus palabras o no, con o sin intención de volver, en caliente o por estrategia, el eco de los hinchas alcanzó a Suárez. “Como dijo en una nota hace poco con nosotros, no le quedó otra. Porque fue tanto el cariño, que él mismo sintió una obligación de volver para no defraudar a la gente”, expresa Javier Moreira, de Pasión Tricolor. Juan Pablo Flores, de Decano, tiene una postura clara: “En el grupo con los otros medios partidarios siempre tuvimos claro que las declaraciones no se les escaparon. Suárez es vivazo y tiene un manejo de redes y de medios del que realmente no somos conscientes”.

Del sueño al hecho hubo un enorme movimiento en redes. En Nacional, una gran campaña de expectativa. En los hinchas, una cantidad de hashtags virales que variaban entre “SuarezANacional”, “#SuarezEnNacional” y “#NoVieneVuelve”. Creadores de contenido de todo el mundo realizaban videos, dibujos y collages. En los partidos, la hinchada usaba caretas con el rostro del goleador. Hasta los streamers más famosos del mundo lo comentaban. El día que el español Ibai Llanos mencionó el suceso en Twitter el “SuarezANacional” superó las 200 millones de impresiones.

El hashtag emergió de las cenizas y la viralización no se detenía. La gente lo utilizó por fuera de cualquier acción planificada y logró ubicarlo como tendencia de Twitter en Uruguay durante las primeras tres semanas. Pero luego decayó y se difuminaba la pequeña esperanza. Ahí fue cuando los tres medios partidarios con más audiencia y el colectivo de hinchas más grande decidieron unirse y formar un grupo de WhatsApp para organizarse y reactivar el movimiento. Los integrantes eran Pasión Tricolor, Decano, Laabdon y el Colectivo 7411.

El domingo 17 de julio Nacional perdió la posibilidad de ganar el Apertura frente a Liverpool. De tarde, después del partido, las cabezas de los medios partidarios se reunieron con una misión clara: movilizar a la comunidad tricolor virtual. Afuera llovía y el día siguiente era feriado. Los editores imaginaron a cientos de hinchas dentro de sus casas recorriendo Twitter en busca de repercusiones del partido. En esa imagen vieron una oportunidad y comenzaron una campaña de expectativa.

Poco antes de las 21 en las redes se especulaba con lo que podía pasar. Los seguidores dudaban de si se confirmaría el regreso de Suárez o si era solamente el deseo de los medios por generar movimiento. Pero a las nueve de la noche en punto lo que se publicó fue una imagen de Luis Suárez, un diseño casi como el de una estampita de santo, que cientos de miles de usuarios de Twitter adoptaron como foto de perfil. La difusión de esta imagen fue de los picos más altos del fenómeno en redes, incluso con políticos uruguayos utilizándola.

El movimiento ya estaba en el aire, pero necesitaba un símbolo, algo con lo que la gente se identificara. Fue así que nació el fotomontaje del futbolista vistiendo la camiseta de Nacional, con un halo tricolor por encima de la cabeza. Para Mateo Martínez, uno de los diseñadores de la exitosa imagen, seguir en la campaña sin tener un ícono “era como querer fundar un club sin un escudo”. “El hincha tenía que agarrarse de algo, ya que el movimiento, si bien había tomado fuerza, eran cosas sueltas. Qué mejor que una imagen, eso le daba la sensación a la gente de que estaba haciendo algo por la causa. Poniendo la foto ponías un granito de arena”.

Por supuesto que nunca se imaginó que recorrería el mundo, menos que el propio Suárez la recrearía ni bien puso un pie en el Aeropuerto de Carrasco.

Ilustración realizada por Mateo Martínez
Ilustración realizada por Mateo Martínez
Imagen recreada a partir de la ilustración por Nacional
Imagen recreada a partir de la ilustración por Nacional

La movida de los medios partidarios logró mantener el pico de impresiones en redes, pero ante la incertidumbre y la falta de respuestas sobre el regreso comenzaron a dudar. Le consultaron a Fuentes si debían seguir insistiendo con el tema o dejarlo ir. El presidente les pidió que siguieran y que se movieran más que antes, y así lo hicieron. La presión había escalado ya a niveles muy altos. Que Luis Suárez decidiera no venir era “fallarle al país”, considera Flores. Y agrega: “Hay una definición que dio uno en redes que fue para nosotros la más brillante y es que nos convertimos en bots orgánicos, o sea, no éramos bots, pero hacíamos lo que hacen los bots. Vos ponías cualquier posteo con #SuarezANacional y abajo tenía 500 comentarios con el hashtag. Eso es una acción típica de bots, pero lo hacía la gente a pulmón”.

Sobre césped cibernético

La movilización tuvo repercusiones en todos los continentes y fue el mayor hito comunicacional del mes en Twitter Uruguay, según los estudios de NiceStream Digital Thinking Advisors, una compañía de marketing y big data. Los números muestran que fueron alcanzadas más de 150 millones de cuentas, hubo más de 7 millones de interacciones en redes sociales y específicamente 1,5 millones de menciones en Twitter. La prensa de todo el mundo siguió el minuto a minuto de los hechos con más de 8.200 notas. Los contenidos relacionados con Suárez tuvieron más de 300 mil millones de visualizaciones y los videos que se vinculan con el fenómeno fueron reproducidos más de 7 millones de veces. El video de Suárez comentando su llegada a Nacional fue el pico clave en esta historia con más de 250 millones de impresiones, posicionando así al suceso como “el mayor movimiento comunicacional de un club de fútbol uruguayo en la historia de las redes sociales”, según NiceStream.

Infografías de los datos

Entre los países con mayor actividad en redes lideraba Uruguay, seguido por España, Estados Unidos y Argentina. Las palabras que más se repetían en los tuits eran “Lui”, “Nacional”, “Lucho”, “gracias”, “grande” y “casa”.

Palabras más repetidas en las menciones del hashtag #SuarezANacional en Twitter
Palabras más repetidas en las menciones del hashtag #SuarezANacional en Twitter

En medio del borbollón, una persona del círculo de Suárez llamó a Martín Sarthou: “Va a grabar un video para anunciar que sí o que no, ¿está bien una remera blanca neutra, no?”. Y él contestó: “Lo mejor que puede hacer es ponerse una remera blanca neutra, sin marca”. Cuando cortó le llamó la atención que preguntaran a él por la remera y si a Nacional le caía bien, sabiendo que el salteño tiene un equipo de comunicación muy preparado detrás. “Me huele que esto va a pasar”, pensó.

A un paso del regreso

Gran Parque Central. 22 de julio. Nacional-Cerrito. Minuto 95. Gol de Christian Almeida para poner el marcador 5-0. Lo festeja poniéndose una máscara con la cara del Pistolero. Ese día los rumores en redes sociales se teñían de una posible llegada, pero pese a los cantos y una gran movida de la hinchada, la respuesta de Suárez no aparecía.

José Fuentes: “En un momento alguien me dijo ‘es como una novia tóxica’. Dice que quiere y no quiere, dice ahora sí después no, estábamos en esa relación: un día me decía más o menos, pero nunca me dijo que iba a venir, siempre me dijo que tenía ofertas. Fueron pasando los días y yo veía que esto iba creciendo mucho, ya era una locura lo que se había generado. Vi las camionetas de reparto y los delivery con el #SuarezANacional. Ahí pensé, a esto le tengo que poner punto final, porque era mucha la expectativa, y si después no viene, ¿qué hago?”

Sergio Rochet ya tanteaba la situación un tiempo antes. “Quería dejarlo tranquilo y no estar arriba. Entonces pasaron unos días y me acuerdo que en una concentración, que ya estaba el tema bastante heavy de que podía venir, agarré y le escribí: ‘Luis, no te voy a decir que vengas porque ya sabés que es tu casa y están las puertas abiertas, pero sabés que si venís te esperamos con los brazos abiertos’. Le dije lo que éramos como equipo y como grupo, y que íbamos a estar más que felices si venía. Su respuesta fue: ‘Chino, lo estoy pensando, pero no digas nada’, y ahí realmente me cayó la ficha de que era muy probable que llegara”. En los grupos de selección no se hablaba nada. Hubo una fecha FIFA anterior a que se supiera la vuelta, en la cual también estaban libres Edinson Cavani y Martín Cáceres, y Rochet les dijo en broma: “Miren que los esperamos también a ustedes”.

La idea de Suárez en Nacional se volvía cada vez más fuerte para los hinchas. Pero el único responsable de confirmar aún no se decidía. Los ojos estaban puestos en Nacional, en qué iba a pasar. Incluso esa fue una de las cuestiones en la charla que dio Rochet, el capitán, a su equipo. Si venía, la vidriera más grande sería el torneo local. A algunos del plantel les gustaba pensar que Lionel Messi los vería cuando mirara a Suárez. A Luis también había que cuidarlo, porque incluso él sabía que llegaría para ser la estrella aunque quisiera ser uno más.

“Yo con tal de jugar con Luis hasta alcanzo pelotas atrás del arco”, le dijo Emanuel Gigliotti al capitán cuando le habló de cederle la camiseta número 9 a la figura de la selección uruguaya. Y ese era el ánimo del equipo, que por más o menos minutos que jugaran, disfrutaban de aprender de una figura tan experimentada.

El reencuentro

Fue entonces que aquel día finalmente llegó. El domingo 31 de julio Suárez arribó al Aeropuerto de Carrasco mientras lo aguardaba una caravana que fue transmitida a través de todos los cableoperadores y Nacional TV. La travesía se dio arriba de una camioneta con adhesivos de “Luis Suárez, el reencuentro” y el futbolista puso las condiciones en conjunto con la directiva del club para su llegada. Quería ver a la gente desde cerca, estar cara a cara e incluso pidió sacar una ventana del vehículo para poder ir saludando cual reina de la primavera y con medio cuerpo afuera. Todo eso requirió de un plan de logística del que se encargó el equipo de comunicación en conjunto con una productora.

“Qué hijo de puta, pensar que te traje yo”, fue lo primero que le escuchó decir Suárez a Almeida cuando en el vestuario la tensión era altísima. Había terminado de saludar a todo el plantel en el Parque Central. Los jóvenes hacían un mosaico perfecto con las camperas azules y el rojo de los vestuarios. “Estábamos nerviosos, pensábamos en qué íbamos a hacer cuándo llegara… Nos empezamos a preocupar por un montón de cosas. Primero lo del número 9, que lo tenía otro (Emmanuel Gigliotti), pequeñas cosas que influyen por lo que es Suárez. También la fantasía de ‘mirá cuando Luis suba una foto contigo’. Me acuerdo de que el día que llegó me dijo: ‘¿Todo bien, Feli?’, y yo quedé como: ‘sabe mi nombre’. Los demás se reían y me jodían”. Luego de semanas aquel miedo se esfumó, recuerda Carballo.

Pese a que aquella llegada marcó el fin de un ciclo de diálogo constante en redes sociales, dio lugar a un nuevo cambio: el diálogo interno. Tanto dentro del plantel como desde el club con sus hinchas. En el caso de los jugadores, Felipe Carballo comentó que fue Nacional quien tuvo que adaptarse al modo de juego de Luis y no al revés. Al principio los jugadores querían pasarle la pelota siempre y fue él mismo quien les pidió que no lo hicieran. También solía sentarse en las cenas de las concentraciones y decirle a cada uno: “En el partido va a pasar esto, y vos tenés que responder de esta forma. La tenía clarísima siempre, todo lo que decía pasaba”, recordó el volante que dejó el tricolor para continuar su carrera en Brasil. En una coincidencia casi irónica, Suárez también se fue a jugar a Gremio.

Felipe Carballo: “Mi primera conversación fue en una práctica, me acuerdo que me pegó una patada sin querer y me pidió perdón, pasó un rato, terminó el entrenamiento y vino. Me empezó a hablar y como que ahí empezamos a charlar un poco de la vida, pero al principio muy distante, yo estaba nervioso. Luego fue uno más, el día de mi cumpleaños (4 de octubre) fue el primero que me saludó porque se acordó. Hasta que pasara la práctica no quería poner nada porque te hacen de todo y te pegan. Ese día él vino, me saludó, y ahí empezaron todos. Además del jugador que es, el que todos conocemos, es una tremenda persona y está en los pequeños detalles. Si en un entrenamiento falta algo, es el primero que va y le pide al que se encarga que lo haga. Esas cosas que marcan lo que es él como figura, no solo como jugador de fútbol”.

En cuanto a la gestión de la comunicación de Nacional, desde el equipo de Marketing, Felipe García hizo hincapié en que la llegada de Luis al equipo fomentó un cambio en la modalidad de posteos en las redes del club. Suárez era una figura de la selección más allá de Nacional, y quería seguir siéndolo, por lo que tomaron esta oportunidad para “no fomentar la pica con otros clubes” e intentar aprovechar el alcance de los más de 40 millones de seguidores que tiene el jugador en redes para potenciar al resto del equipo y al club en sí. Sin embargo, el balance debía ser claro: la unidad debía seguir siendo más importante que uno de sus jugadores.

El pitido final

Luis Suárez se coronó campeón del Torneo Clausura y luego del Campeonato Uruguayo. Los hinchas cantaron ‘No se va, Lucho no se va’ e intentaron redoblar la apuesta con un hashtag nuevo: #SuarezNoSeVa. Pero el show había llegado a su fin, ya había levantado la copa con su gente, en vigencia y en la previa al Mundial de Catar. Durante tres meses el poder de los hinchas transformó el sueño en realidad.

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Redacción: Sofía Gard y Sofía Berardi